La vivienda sostenible como símbolo de esperanza.
Artículo en colaboración para Grupo Arquero.
En muchas ciudades del mundo hay espacios que nos invitan a vivir experiencias que marcan vidas, y como sucede en una receta de cocina, encontramos que los "ingredientes” más exquisitos se repiten. Uno de los ingredientes que más aporta en la calidad de vida de las familias, es la armonía con el medio ambiente, es decir, que las familias pueden vivir la sostenibilidad paseando por el parque, yendo de compras, o simplemente enseñando a sus hijos como separar las latas de los plásticos.
La vivienda es un generador de empleos y un espacio para que las personas puedan prosperar y desarrollarse, y por consiguiente para que las ciudades y los países también se desarrollen. Al mismo tiempo, el impacto que tienen las viviendas en el medio ambiente es enorme. Durante los procesos de construcción de las viviendas y durante su vida útil, contribuyen con el 40% de las emisiones globales de carbono, más del 30% del uso global de energía final y consumen casi la mitad de los recursos naturales del mundo.
Por esto, el enfoque de la vivienda sostenible busca brindar soluciones para utilizar las viviendas de la manera óptima para asegurar que los recursos materiales, el agua y la energía se utilicen de manera eficiente. De forma paralela la vivienda sostenible retoma la oportunidad y el desafío para que el diseño de edificios ofrezca espacios de vida más saludables bajo un concepto integral de bienestar. La vivienda sostenible debe adoptar un rol protagónico en las ciudades, integrando conceptos claves para el desarrollo, como la densificación en altura, la planificación de usos de suelos para las familias, el transporte alternativo, la accesibilidad, la innovación y la reutilización adaptativa de los edificios existentes.
El reto es cambiar roles y modelos comerciales obsoletos, y que las empresas vean en la sostenibilidad una oportunidad de negocios saludables que a la vez aportan bienestar a las personas y son amigables con el medio ambiente, “ingredientes” esperanzadores para creer que un futuro más positivo está en construcción.